El día comenzó con una lluvia ingente, el sonido de las gotas se escuchaban en mi ventana, trate de apartar mi apatía y salí de mi cama dirigiéndome al baño. Luego de 40 minutos estaba lista. Salí de la casa a tomar el bus que me dejaría en la escuela.
Todo el camino fue totalmente aburrido, vi como las personas se subían en el bus empapadas por la lluvia y me alegre de tener una sombrilla en mis manos. La clase de biología estaba inapetente, en ese momento no tenia ganas de hablar de la evolución humana, simplemente quería encontrar la respuesta del porque la vida era perfecta para unos y miserables para otros. Fui interrumpida de mis pensamientos cuando sentí el brazo de una compañera, su rostro reflejaba aflicción y pesadumbre, pensé que lo mínimo que podía hacer era escucharla. Me sorprendió que mediante ella hablaba, las lagrimas invadían su rostro, me sentí mal por ella. No sabia porque todos pensaban que yo podía ayudarlos, pregunte eso varias oportunidades y la respuesta que re fue (Eres buena psicóloga), ¡Increíble!, lo que ellos no saben es que no tengo la mínima idea en como los ayudo, Pero la realidad es que soy muy sensible a los problemas de los demás. Para completar ella no era la única, muchos parecían padecer problemas iguales, y todo era LA FAMILIA, esa simple expresión que es de suma importancia para todos. Mi familia me ha apoyado siempre y que otra persona venga y te diga que no quiero hablarle a su padre y que no lo quiere en su vida, es como un afrontamiento a mis ideales. Luego de haber vivido ese día con total intriga determine que cada persona vive con sombras (Problemas) que aunque no le gusten deberán saber llevarlas y saber que siempre estarán allí, pero para todo hay una solución, Dios no pone algo en tu vida que no puedas enfrentar. Solo búscala.
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